FRASES CELEBRES SOBRE SEVILLA: ANTONIO GALA "Lo malo no es que los sevillanos piensen que tienen la ciudad más bonita del mundo...lo peor es que puede que tengan razón". RAPHAEL "Lo mío con Sevilla es punto y aparte. Sevilla es para mí muy importante tanto en mi carrera como en mi vida". ARTURO PEREZ-REVERTE "Todo aquí es ficticio, excepto el escenario. Nadie podría inventarse una ciudad como Sevilla". PLACIDO DOMINGO "Sevilla es especial porque emociona y se emociona, porque da cuerpo a la belleza y a la gracia de los sueños. Porque es Musa y Artista a un tiempo, porque vive el presente proyectando su Historia en el futuro". ROCKERO SILVIO "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más hermosa del mundo. Qué lo demuestre la segunda". LOLA FLORES "Sevilla es como soñar con el cielo". CAMILO JOSÉ CELA "Sevilla es una ciudad pasmosa que le salió redonda a vuestros antepasados". IÑAKI GABILONDO "Sevilla es una amiga. Tanto que hay épocas en las que si no voy, enfermo". PAPA JUAN PABLO II "La maravilla no es el Papa, la maravilla es Sevilla".
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viernes, 23 de agosto de 2013

CONCIERTO EXTRAORDINARIO DE LA BANDA SINFÓNICA MUNICIPAL DE SEVILLA


CONCIERTO EXTRAORDINARIO EN EL DISTRITO MACARENA


BANDA SINFÓNICA MUNICIPAL DE SEVILLA
Director: Francisco Javier Gutiérrez Juan

Parroquia de Ntra. Sra. de la Salud
Avda. Sánchez Pizjuan s/n
SEVILLA

Día 5 de septiembre 2013 a las 20’30 horas

De Rodrigo a Berlioz


Pasodoble para Paco Alcalde                                    J. Rodrigo (1901-1999)

            “Sinfonía Fantástica” Opus 14 (**)                              H. Berlioz (1803-1869)
                        I Sueños y pasiones
II Un baile
III Escena campestre
IV Marcha al suplicio
V Sueño de una noche de aquelarre

Narrador: Javier González Blanco
 (**) Recuperación histórica de la versión para banda.
Director: Francisco Javier Gutiérrez Juan



Con la colaboración del Centro Cultural San Francisco de Asís



jueves, 22 de agosto de 2013

HISTORIA DE SEVILLA: EL POLEMICO MATRIMONIO DE LA ESCULTORA SEVILLANA LUISA ROLDAN "LA ROLDANA"

Misterio de la Exaltación / ABC DE SEVILLA
Misterio de la Exaltación / ABC DE SEVILLA
El siglo XVII que tan fecundo y enriquecedor fue en muchos aspectos para Sevilla, fundamentalmente en el campo cultural, dio una sorpresa de gran calado a la sociedad de aquellos tiempos cual fue el nacimiento el 8 de septiembre de 1652 de la única mujer que alcanzó, entre tanto artista masculino, fama y prestigio gracias a saber plasmar en la madera y de forma prodigiosa, todos los sentimientos artísticos que llevaba en su interior y que, en cierta manera, o aplicándole un sentido, podríamos decir simbólico, había heredado de su padre el gran escultor Pedro Roldán.

Esta mujer fue Luisa Roldán, más conocida con el sobrenombre de La Roldana y cuya personalidad se caracterizó por su valentía y decisión para realizar todo aquello que en cada momento deseaba y, sobre todo, que le gustaba, sin tener en cuenta la opinión de los que podían aconsejarle de forma distinta a lo que ella ya había decidido.

La presencia casi continua en el taller paterno, junto con sus dos hermanas, María y Fuencisla, le permitió conocer a los aprendices y discípulos que, al igual que ella, pretendían conocer los secretos del oficio. Y entre ellos, conoció a uno muy especial, Luis Antonio Navarro de los Arcos, que intentaba conocer las técnicas del estofado, y que, con el paso del tiempo, se convertiría en su marido y lo que en principio daba la impresión de ser un mero capricho o galanteo de Luisa con Luis Antonio, resultó ser un autentico enamoramiento de ambos hasta el punto de contraer matrimonio el 17 de Diciembre de 1671 en Sevilla.

Cartela del Misterio de la Exaltación / ABC DE SEVILLA
Cartela del Misterio de la Exaltación / ABC DE SEVILLA

Ángel de la Roldana / ABC DE SEVILLA
Ángel de la Roldana / ABC DE SEVILLA

Según algunos autores, su padre no aceptó con muchas simpatías el noviazgo de Luisa y Antonio, ya que cuando comprendió que este se formalizaba, despidió del taller a su discípulo y prohibió a su hija verlo, ordenándole, al mismo tiempo, que rompiesen las relaciones.

Pese a las medidas adoptadas por Pedro Roldán y las distintas amenazas que le dirigió a su hija, el matrimonio se celebró con el consiguiente disgusto de éste y aunque los historiadores no han encontrado las causas de la fuerte oposición paterna, ya que mientras unos aducían que aquel no veía en su futuro yerno un escultor de porvenir por carecer de las dotes y aptitudes necesarias para tener el prestigio que le llevasen a fundar su propio taller y alcanzar una posición económica estable, otros opinaron que el concepto que Pedro Roldán tenía de su discípulo Luis Antonio era la de un hombre sin carácter, introvertido y sin calidad artística, a lo que conllevaría, con el paso del tiempo, a problemas y complicaciones, dada la fuerte personalidad de su hija.

En definitiva, todas estas razones para suponer la poca o ninguna predisposición de Pedro Roldán a que su hija contrajese este matrimonio, desgraciadamente, se cumplieron ya que al cabo de unos años esta unión terminó siendo un verdadero desastre.

Siguiendo lo escrito por D. Santiago Montoto, relacionado con el matrimonio de Luisa Roldán y Luis Antonio de los Arcos, el 17 de Diciembre de 1671 ante el juez de la iglesia, D. Matias Gregorio de los Reyes Balenzuela, el procurador de los tribunales D. Vicente L.

Ballesteros, en nombre del novio, manifestó el deseo de aquel de casarse con Luisa con la que “había tratado de requiebros de dos años a esta parte, dándose palabra de casamiento el uno al otro”; también solicitaba al mismo juez que ordenara a Luisa Roldán comparecer ante su presencia para preguntarle si le había dado a Luis Antonio palabra de matrimonio. Para ratificar lo anterior, el novio presentó como testigo a Bartolomé Franco y Lorenzo de Ávila, ambos doradores de retablos, que testificaron conocer a los dos y que presenciaron como el 15 de Diciembre de ese mismo año (1671), Luis Antonio, le dio palabra de matrimonio a Luisa, pese a la oposición del padre de ella.

Cristo azotado de la Roldana / ABC DE SEVILLA
Cristo azotado de la Roldana / ABC DE SEVILLA

Una vez Luisa en presencia del juez eclesiástico para ser interrogada, declaró ser hija de Pedro Roldán y Teresa de Mena, que era moza doncella, nunca había estado casada, no era pariente de Luis Antonio, no había dado palabra de matrimonio a otra persona y que no tenía votos de castidad ni ninguna otra clase de impedimentos para poder celebrar los esponsales con el novio.

Una vez firmada esta declaración, el juez eclesiástico ordenó que Luisa Roldán fuera depositada en casa de Lorenzo de Ávila (uno de los testigos), hasta el día de la celebración de los esponsales y le obligaba a “tenerla en su poder con la guarda y custodia necesaria y que no la entregaría a persona alguna sin licencia y mandamiento judicial”.

Con fecha 13 de Diciembre del dicho año de 1671, el sacerdote de la iglesia de San Marcos, D. Juan Fernández Murillo, realizó la unión sacramental, saliendo de la casa de Lorenzo de Ávila cumpliendo así el mandamiento judicial. Testigo de los esponsales fueron Bartolomé Franco y Tomás Díaz. El matrimonio se inscribió en el libro tercero, tomo 137 de los de matrimonio de la Parroquia de San Marcos de Sevilla.

De esta unión nacieron seis hijos: Luis Andrea, en el año 1672; Fernando Máximo, en el año 1674; Fabiana Sebastiana, en 1676; María Josefa Petronila Gertrudis; Francisco José Ignacio, en 1681 y Rosa María Josefa, en 1683. Por desgracia, los cuatro primeros fallecieron a muy temprana edad, sobreviviendo solo los dos últimos.

Hacia el año 1686, Luis Roldán y Luis Antonio de los Arcos, se trasladaron a la ciudad de Cádiz donde había sido contratados para esculpir imágenes de los ángeles y patriarcas del nuevo Monumento de la Catedral. En 1688, Luisa Roldán y su familia se trasladan a Madrid, donde recibió, unos años más tarde, el título de “escultora de cámara” como reconocimiento a las obras que realizó para el Palacio Real.

Cristo Yacente de la Roldana / ABC DE SEVILLA
Cristo Yacente de la Roldana / ABC DE SEVILLA

Pese al nombramiento, la crisis económica que atravesaba el país como consecuencia de mala gestión administrativa del Estado, hace que Luisa Roldán, comience una etapa de su vida en la que llegó a tener tan enormes dificultades económicas que, en ocasiones, llegó a dirigirse a la Autoridad Real, solicitando ayuda ante la falta de recursos para cubrir las primeras necesidades, lo que no pudo conseguir.

Finalmente, la fuerte personalidad, orgullo y carácter de Luisa Roldán, le impidió –pese a la angustiosa situación que padeció durante varios años, sobre todo durante su estancia en la capital del reino– recurrir a su padre, Pedro Roldán, que seguía siendo el escultor más solicitado de Sevilla y de Andalucía y que podría haberle no solo ayudado, sino tomarla de nuevo en su taller como colaboradora, como en más de una ocasión le ofreció.

Artículo: Jaime Passolas.
Publicado en "Pasión en Sevilla"

miércoles, 14 de agosto de 2013

HISTORIA DE SEVILLA: EL ESCULTOR FRANCISCO DE OCAMPOS

Este Centro, fiel a las tradiciones de Sevilla, irá publicando periódicamente artículos y relatos de la historia de nuestra ciudad. Abre este ciclo un interesante trabajo de investigación de Jaime Passolas, dedicado a la figura del insigne escultor Francisco de Ocampos.

Retablo de la Iglesia de Santa Inés / ABC DE SEVILLA

Retablo de la Iglesia de Santa Inés / ABC DE SEVILLA
Francisco de Ocampo y Felguera nació en la localidad jiennense de Villacarrillo en el año 1579. Que esta ciudad fue la cuna natal de Francisco de Ocampo no ofrece la más mínima duda por un documento, fechado en 1633, en el que se otorgaba poder suficiente a su cuñado y a su hermana, Ana de Salazar, para poder vender los bienes que su padre les había legado a ambos como herencia. En esta escritura se dice por el propio Ocampo su pertenencia al obispado de Jaén, término de Villacarrillo.
Señor de la Salud de la Candelaria / ABC DE SEVILLA
Señor de la Salud de la Candelaria / ABC DE SEVILLA

Fueron sus padres Fernán González de Felguera y María Inés de Tablada, si bien y siguiendo una costumbre establecida con carácter general en aquella época, Francisco recibió el apellido primero de su abuelo y el segundo de su padre, Felguera, renunciando al de su madre, de Tablada.

Francisco fue el primero de los hijos habidos del matrimonio, recibiendo las aguas bautismales en la Iglesia Parroquial de la Asunción, sin que se pueda concretar la fecha exacta a causa de haber desaparecido los archivos parroquiales en 1936, durante la Guerra Civil española.

A los 14 años de edad (1593), Francisco de Ocampo, con toda la ilusión de su juventud, interés de aprender el arte de trabajar la madera y con la sana intención de alcanzar el éxito, se trasladó a Sevilla, donde residía su tío Andrés Ocampo, en cuyo taller ingresa poniéndose bajo su protección e iniciándose en el aprendizaje artístico. No mucho tiempo después es admitido en el taller de Juan de Oviedo y de la Bandera, conocido como El Mozo, y más tarde en el de Juan Martínez Montañés, recibiendo de todos ellos sus influencias artísticas. El hecho de ingresar en el taller de su tío no impidió que tuviera que formalizar el preceptivo contrato de aprendizaje en el que se establecían las cláusulas en las que figuraban los derechos y obligaciones a los que cada uno se comprometía.

En el año 1600, Francisco de Ocampo, después de permanecer siete años como aprendiz, obtuvo el título que le capacitó para ejercer el oficio, y al igual que otros aprendices tuvo que realizar dos esculturas distintas para obtener el título que le permitiera independizarse y abrir taller propio: una desnuda para poder comprobar sus conocimientos anatómicos y otra vestida para apreciar la forma de realizar los plegados de vestidos, túnicas, capas, etc.

Su afán, no solo por adquirir mas conocimientos artísticos sino también por perfeccionarlos, lleva al escultor a no abrir su propio taller pues decide, con la anuencia y el consentimiento de Juan de Oviedo ingresar en su taller, ya con la categoría de oficial y en el que Ocampo cobraba la cantidad de 1296 reales en concepto de honorarios.

El día 4 de marzo de 1602, Ocampo contrae su primer matrimonio con Lorenza Ponce, hija de Salvador Campos, pintor de profesión y de Inés de Ponce. De este primer matrimonio nacieron tres hijos, Francisco, Fernando y Salvador.

En el año 1603 Francisco de Ocampo inicia de forma independiente su producción artística, ejecutando su primera obra documentada: una imagen de San Nicolás de Tolentino, encargo del pintor Blas Gutiérrez vecino de la localidad de Écija, recibiendo a partir de esta fecha un importante número de encargos que va realizando a lo largo de los años. De estos años se pueden citar 1611 y 1614, en los que esculpe la magnifica talla del Cristo del Calvario, la de San Ángelo para el convento de San Alberto de Sevilla y el retablo e imagen de San Diego de Alcalá, para la Iglesia de San Francisco de la ciudad cordobesa de Palma del Rio, por encargo de Fray Juan de la Barrera, franciscano del convento de Nuestra Señora de Aguas Santas. Los encargos aumentaron de tal manera que Ocampo se vio obligado en varias ocasiones a tener que cambiar su taller a distintas collaciones como la Magdalena, San Vicente, San Lorenzo (Calle Tiros), y San Martin (calle Pepino) y a admitir en el mismo a numerosos aprendices a los que les enseño a esculpir la madera. De entre ellos se deben destacar a Francisco Cabrera y el que se supone el último de todos: Manuel Morales, de nacionalidad portuguesa, sin olvidar a otros como Juan de la Barrera y Hernando de las Casas.

El año 1632 es decisivo para la vida de Francisco de Ocampo, ya que el día 3 de marzo muere su esposa, Lorenza Ponce, si bien contrae años después nuevo matrimonio con Ana María, de la que se desconocen otros datos, como igualmente la fecha del mismo. En 1637, Ocampo realiza su última obra, la imagen de Santo Domingo penitente por encargo de Antonio de Salva, para la isla de La Palma, en el archipiélago canario.
Cristo del Calvario / ABC DE SEVILLA
Cristo del Calvario / ABC DE SEVILLA
Sintiéndose enfermo e intuyendo la cercanía de la muerte, Francisco de Ocampo otorga testamento en el año 1639 nombrando albacea testamentaria a su esposa y al pintor Baltasar Tintero. Este documento, que esta datado con fecha 26 de diciembre de 1639, dice, entre otras cosas, lo siguiente:“Francisco de Ocampo, maestro escultor, vecino de la collación de San Martin, estando enfermo de cuerpo y fano de la voluntad hago y ordeno este mi testamento en la manera siguiente: Que mi cuerpo sea sepultado en la Iglesia de San Martin y entierro que tengo Declaro que yo case primeramente con Doña Lorenca Ponce ayer 37 años Declaro que yo me case segunda vez con Doña Ana María Declaro que deudo al Convento de monjas de San Clemente el Real De esta ciudad feiciebtos reales de resto de todas quantas hasta hoy Día mando fe le pague Nombro por mis albaceas testamentarios a Baltasar Quintero. Maestro pintor y a Doña Ana María, mi mujer. Nombro a mis universales herederos a Fernando de Ocampo, aufent en Yndia y a Salvador de Ocampo, mis hijos legítimos y de doña Lorenca Ponce, mi primera mujer”.

El día 28 de diciembre de 1639, el escultor fallecía en su domicilio sevillano de la collación de San Martin, donde vivía desde el mes de abril de 1631, siendo enterrado en la Iglesia del mismo nombre.

En relación a sus características artísticas, Francisco de Ocampo fue uno de los escultores más fecundos de su época, ya que no se limitó a la imaginería religiosa sino también a retablos, esculturas decorativas, etc. Y pese a haber recibido influencias estilísticas de otros artistas con los que convivio, así como de los maestros escultores en cuyos talleres recibió la adecuada formación, su obra se caracteriza por unas peculiaridades derivadas de su propia personalidad, que permiten distinguirlas de la de otros artistas coetáneos suyos. Y así, el ilustre profesor Bernales dice : “Si bien su formación inicial procede del manierismo seria mas versátil que otros artistas de su generación, ya que conjuga posturas de progenie manierista con detalles de efectos realistas propios del momento”.

En definitiva, y sin perjuicio de su clara tendencia manierista, Ocampo, presenta en su obra síntomas de su propia personalidad, manifestada en su preocupación por evolucionar y superarse, lo que le condujo, según Hernández Díaz, a “utilizar distintos elementos que van desde el clasicismo hasta el barroco incipiente”.
Nuestro Padre Jesús Nazareno del Silencio / ABC DE SEVILLA
Nuestro Padre Jesús Nazareno del Silencio / ABC DE SEVILLA

En lo referente a su obra, este imaginero jiennense fue muy prolijo ya que desde el año 1606 que realizó su primera obra, San Nicolás de Tolentino, hasta el año 1637 en el que culminó su carrera artística, Santo Domingo Penitente, ejecutó 66 obras divididas en imágenes, retablos y relieves, a las que habría que añadir las atribuidas, conformando un total de 81.

Finalmente, de sus obras documentadas se pueden citar el Santísimo Cristo del Calvario, la Inmaculada Concepción con el Niño Jesús, para el Convento de Santa Clara (Colombia), un retablo para la iglesia parroquial de Santa Ana de Sevilla, un San Francisco de Asís para el convento de San Antonio de Padua de la misma ciudad, y, sin perjuicio de otras, una Santa Inés para el convento de Santa Inés de Sevilla. Como obras atribuidas e, igualmente, entre otras, la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno (El Silencio) para la iglesia de San Antonio Abad de Sevilla, el Santísimo Cristo de la Salud para la capilla de la Hermandad de la Carretería y el relieve del Bautismo de San Juan Bautista, para el convento de San Leandro de Sevilla.

Señor de la Salud de la Carretería / ABC DE SEVILLA
Señor de la Salud de la Carretería / ABC DE SEVILLA

Artículo: Jaime Passolas