Cuando aun la cabalgata de la
ilusión desfilaba por Sevilla, haciendo las delicias de pequeños y mayores, y
los Reyes de Oriente inundaban con su presencia y sus regalos los hogares
sevillanos, en San Lorenzo, y en su Basílica, comenzaba el Quinario al Dios hecho
hombre en Sevilla, Gran Poder Eterno. Desde ese momento un reguero sin fin de
Quinarios y Septenarios dolorosos, en honor a las muchas advocaciones de
nuestros Cristos y Vírgenes sevillanos.
Ayer, Miércoles de Ceniza, comenzó
nuestro TIEMPO DE CUARESMA, un tiempo en la que Sevilla se abre
de par en par, como flor de primavera, inundándose de aromas, olores, sabores y
sentires que hacen a Sevilla única y distinta. Todo será gozo que será rozar la gloria con las primeras
salidas procesionales de las hermandades de vísperas y hasta el soñado Domingo
de Ramos.
Os dejamos para ir abriendo boca, la marcha procesional, Azul y Plata, del compositor sevillano Manuel Marvizón, una joya de la música procesional sevillana dedicada a la bellísima dolorosa de la Hiniesta de San Julián.

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