(Antonio Lugo Machín, Sagua la Grande, 1903 - Madrid, 1977) Cantante cubano. Verdadero trotamundos de la música, viajó por Cuba, Estados Unidos y Francia hasta que la Segunda Guerra Mundial le llevó a España, donde comenzó actuando en salas barcelonesas y adquirió tal reputación que dominó la escena musical española durante casi tres décadas.
Hijo de un emigrante gallego, trabajó como
albañil hasta que se trasladó a La Habana en 1926 para dedicarse
profesionalmente a la música. Ese mismo año creó el Trío Luna
(junto a Enrique Peláez y Manuel Luna).
El éxito fue escaso y la
duración del grupo efímera, por lo que, una vez disuelto, Antonio Machín
pasó a formar parte del sexteto de Miguel Zabala, con quien realizó su
primera grabación en 1929.
Un año después, el afamado director de orquesta
Justo Azpiazu le reclamó para ser el vocalista de la Orquesta del Casino
Nacional de La Habana, paso decisivo en su carrera que le permitió
realizar sus primeras visitas al extranjero, actuando con éxito en Nueva
York. Con la discográfica RCA, la Orquesta del Casino Nacional de La
Habana (con Antonio Machín a la cabeza) grabó medio centenar de
canciones en menos de tres años (de 1936 a 1939).
Tras
su paso por Londres y una histórica presentación en Montecarlo, Antonio
Machín se vio obligado a renunciar a su intención de fijar su
residencia en Francia. Poco después de estallar la Segunda Guerra Mundial
se trasladó a Barcelona, actuando en los clubes de Las Ramblas y dando
comienzo a una imparable sucesión de éxitos que forman ya parte de la
historia musical española de tres décadas. Acompañado de la Orquesta de
Miura De Sabré, editó sus primeras grabaciones y contrajo matrimonio con
una sevillana, Angelita (1943), a la que conoció tras una actuación en
Sevilla, con la que tuvo una hija.
Machín se enamoró de nuestra ciudad, vivió en la casa situada en la esquina de la Avenida de la Cruz Roja y la antigua Manuel Mateos, calle ésta que actualmente lleva el nombre del cantante cubano. Estuvo muy ligado a la Hermandad de los Negritos, una estatua suya preside la Plaza de Carmen Benitez, en ella aparece Machín con sus famosas maracas y mirando precisamente a la puerta de entrada de la citada Hermandad. Mostro su deseo de ser enterrado en Sevilla y así se hizo reposando sus restos en el Cementerio de san Fernando de nuestra ciudad, Sevilla, a la que tanto amo.
Figura irrepetible de la música que aún sigue vivo en el recuerdo de su persona y de su musica. Antonio Machín, el cubano que se enamoró de Sevilla.
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