La Catedral de Sevilla restaurará la Virgen de la Sede
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La actuación para frenar el deterioro de la talla la acometerá
Enrique Gutiérrez Carrasquilla bajo la supervisión de Ana Isabel Gamero,
conservadora del templo.

La Virgen de la Sede vista de la lado y desde atrás.
/
Juan Carlos Muñoz
La
Virgen de la Sede, imagen que preside el altar mayor de la Catedral, a
la que da nombre, será restaurada para eliminar la suciedad, los
repintes o los levantamientos en la policromía. La actuación para frenar
el deterioro de la histórica talla la acometerá Enrique Gutiérrez
Carrasquilla bajo la supervisión de Ana Isabel Gamero, conservadora de
bienes muebles del Templo Metropolitano.
La Comisión Provincial de Patrimonio,
dependiente de la delegación territorial de Cultura, Turismo y Deporte
de la Junta de Andalucía, presidida por el delegado territorial, José
Manuel Girela, ha informado favorablemente sobre el informe diagnóstico y
la propuesta de tratamiento para la restauración de la imagen de la
Virgen de la Sede, una talla que procede del Real Alcázar,
donde se veneraba en la capilla privada de Alfonso X. Fue trasladada al
altar mayor de la Catedral en 1279 con motivo de la celebración de la
Natividad de la Virgen.
La Virgen de la Sede da nombre al templo de la Catedral de Sevilla,
llamado oficialmente Catedral de Santa María de la Sede, y el arzobispo
Raimundo de Losana (Don Remondo, 1259-1288) la declaró patrona de la
sede episcopal. Según algunos autores, es una obra anónima del siglo
XIII de origen vasco-navarro; otros aseguran que presenta una clara
influencia francesa del mismo siglo. La Virgen mantiene en su regazo al
Niño Jesús, quien con una mano bendice al espectador y con la otra
sostiene un globo terráqueo rematado con la cruz, símbolo de Cristo, el
Salvador del Mundo.

La Virgen de la Sede en el altar mayor de la Catedral, el mayor de la cristiandad.
La imagen sostiene un recipiente con azucenas, alusivas a
su pureza. El conjunto es de madera tallada con los rostros y las manos
policromados, así como los pies del Niño y la corona de la Virgen. El
resto está cubierto por finas láminas de plata cincelada.
El estado de conservación general de la obra es
deficiente, principalmente en las zonas policromadas, como cabezas,
manos y pies, que presentan numerosos levantamientos en los estratos de
la policromía, en algunas zonas incluso con riesgo de pérdida, como es
el caso de la nariz, donde se observa cómo los estratos empiezan a
disgregarse ocasionando lagunas en la parte media y distal.
El mismo caso se observa en la nariz y en la frente del
Niño, los pies y el cabello, lugares donde la disgregación está
ocasionando lagunas en la superficie. En el resto de superficie
policromada de rostro, extremidades y corona los levantamientos son
evidentes, pero con menos riesgo de pérdida.
La imagen, entre otras deficiencias observadas, presenta
una capa visible de suciedad con acumulaciones locales y algunos
repintes visibles con luz normal en la nariz y labios de la Virgen,
dorso de la mano derecha y palma de la mano izquierda del Niño. Las
finas láminas de plata que cubren la talla se encuentran en general en
buen estado, no presentando levantamientos ni separaciones graves que,
no obstante, una vez retirada la obra del retablo se revisarían con
mayor precisión las distintas uniones entre ellas.
La mano derecha de la Virgen se encuentra fracturada por
la mitad, en la que se observa una reparación realizada mediante el uso
de tres clavos de reducido tamaño. Los dedos índice y corazón de la mano
izquierda presentan fisuras a nivel de las falanges intermedias.
También se observa la pérdida del dedo meñique de la mano izquierda del
Niño, y una fisura en el lateral izquierdo de la corona de la Virgen,
frente y párpado superior del mismo lado.
El principal criterio a seguir en la restauración será
conservativo y de recuperación del original, mediante la eliminación de
aquellos elementos ajenos a la obra, siempre y cuando ello no suponga
una agresión al conjunto.
(Diario de Sevilla)
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